¡Por todos los Dioses!
En el puño aquel trozo de plástico. Caminaba indignada. Ella, que había sido la inspiración de artistas, vilipendiada de esa forma. Entró en el gran salón y arrojó la pequeña figura a los pies del viejo que levantó levemente la cabeza para mirarla.
Allí estaban el resto, embelesados, con sus figuras entre las manos con sonrisa complaciente.
- ¿De morado? ¿Con un vestido largo morado? - Gritó en medio del salón.- ¡Tantos años esperando para que estos bárbaros me hagan esto a mi! ¡A la diosa del amor y la belleza!
- No te pongas así, Afrodita. No es para tanto, es mejorable pero no está tan mal. - Dijo Zeus, intentando poner calma.
- Peor estoy yo, parece que me han puesto un pijama de niña. - Dijo resignada Artemisa.
- ¡Esto no va a quedar así! ¿me oís? Ya podéis pensar en algo para solucionarlo. -Dijo Afrodita mientras se marchaba con un portazo del gran salón del Olimpo.
Zeus recogió la figura del suelo. La verdad es que nadie diría que esa era Afrodita, se habían lucido. Y con el mal genio que tenía la diosa más valía encontrar una solución.
- Hefesto, tu con la fragua sabemos que bien. ¿Te animarías con los customs?
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